martes, 31 de diciembre de 2013

Caminata después de Navidad

Los días festivos de Navidad no son sólo reuniones familiares, banquetes, regalos y veladas de sofá descansando de tanta actividad social. Es momento también de reencontrarnos con la Naturaleza, disfrutarla en todo su esplendor invernal, con nieve o sin ella, y si cabe con un punto de soledad y silencio que a veces es difícil hallar en otras épocas del año.

Hacia Coll de Pal
Buscando todos estos incentivos atacamos un par de rutas a pie por el Ripollès; una por la zona de Sant Joan de les Abadesses y otra por Setcases.

Inquietante figura en Castelltallat
La primera es una sencilla ruta que nos lleva hasta el Puig de Castelltallat (1.280 mts) por los bosques del Serrat del Colomer y Serrat de Santigosa. Un paseo entre pinos silvestres (pi roig), hayedos y robledales, entre masías y explotaciones ganaderas completamente integradas en el entorno. No tendremos grandes vistas a los valles o montañas cercanas, no hay pasos complicados o técnicos, tampoco rincones espectaculares que llaman a hacerles un buen montón de fotos desde diferentes ángulos; la cima tampoco nos dejará inolvidables paisajes de valles y montañas más allá de las sierras cercanas, en parte porque también está rodeada de bosque. Es una ruta para disfrutar de un sencillo, aunque largo, paseo circular por el bosque.

Como curiosidad destacar que la cima de Catelltallat tiene un árbol con una extraña talla de madera en el interior de un agujero en su corteza, un  diablo perfectamente dibujado en el tronco, un quitamiedos colgado en una de sus ramas y, dadas las fechas navideñas, un popular tió con un pequeño pesebre en su lomo.

La ruta por Setcases ya tuvo un ambiente más invernal. La nieve y el hielo cubría prácticamente todo el recorrido y la ascensión es  más importante aunque no exigente. Era el segundo intento, ya que la primera vez hace alrededor de un mes tuvimos que abortar el ascenso a Roca Colom llegando tan sólo hasta el refugio de Jaume Ferrer: llevábamos crampones y deberíamos haber ido con raquetas dada la nevada de la noche anterior; además el fuerte viento nos hizo desistir de seguir ascendiendo. Esta vez sí tuvimos un tiempo magnífico y calzamos raquetas... aunque hubiera sido mejor usar crampones; tan sólo uno de los ocho que subimos acertó y los llevó. De todas maneras, aunque no logramos alcanzar ninguna cima, tuvimos la oportunidad de ascender hasta el Coll de Pal usando las raquetas. Desde aquí, a medio camino entre los cercanos Costabona y Roca Colom, tedremos espectaculares vistas a la bahía de Roses y la Serra de l'Albera, Garrotxa, Canigó, Bastiments, Pic de la Dona, Gra de Fajol... Realmente espectacular.
Django disfrutando de la nieve

El refugio libre de Jaume Ferrer está actualmente okupado por Quico, un indignado que se ha propuesto pasar allí todo el invierno como prueba de superación personal. Llegó ya hace un par de meses y limpió y arregló el refugio hasta dejarlo completamente habitable, con lo justo e indispensable para pasar el invierno. Recogió leña suficiente para varios meses, tapó agujeros para evitar la entrada de frío (aún así se va a dormir a -3º ó -4º), se ha fabricado unas raquetas de supervivencia para poder desplazarse por la zona, usa estiércol y barro para tapar agujeros o juntas, ha fabricado también una cama... Es un placer pasar por allí y saludarle y charlar un rato con él. Estará en el refugio hasta la primavera, por lo que habrá más oportunidades para saludarlo. Es además co-autor del libro de esta aventura: http://elcaminodelalma.com/El%20viaje.htm:  casi 7.000 kms a pie de Madrid a Jerusalén. Además de otras no menos espectaculares gestas.

Hacia el refugio Jaume Ferrer
El año nuevo está al caer, y vamos a seguir en contacto con la Naturaleza todo lo que podamos, en bici o a pie, andando o grimpando, en tranquilos paseos o por vertiginosos senderos con la bici, con raquetas o crampones. En definitiva, seguiremos aprendiendo de ella.





miércoles, 25 de diciembre de 2013

Pedaleada antes de Navidad



Para empezar las navidades con energía y por si los compromisos no dejan tiempo para salir, decidimos el domingo 22 hacer un recorrido técnico por senderos en Collserola. Corto pero con un desnivel más que suficiente.


Y durante estas navidades el descanso no vendrá mal, pero si entre celebraciones encontramos un par de días para hacer algo de deporte nuestro cuerpo lo agradecerá. Ideal para quemar los excesos de los banquetes e ir dejando espacio para los venideros.


domingo, 15 de diciembre de 2013

Navidades


Ya tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina, con sus típicos tópicos, o viceversa. Estos son días en los que relajamos algunas buenas costumbres, como la de no parar al restaurarte de montaña de turno a paladear una botifarra y beber vino en porrón a mitad de la ruta. Es costumbre de los amigos de este blog dedicar esas horas de encuentro ciclista a consumir nuestro esfuerzo en pedalear, disfrutar de la ruta y recorrer kilómetros por pistas y senderos. Algunas veces cuanto más complicados mejor, como esa práctica habitual de ir a por los senderos más vertiginosos y técnicos cuando se descienden pero que algunos se empeñan en ascender. 

Hoy nos hemos saltado la regla y hemos aprovechado estas fechas para degustar un suculento almuerzo a base de embutidos, botifarras pa amb tomaquet i all; todo regado con un vino en porrón y alguna cervecita, café y unos deliciosos digestivos, léase orujos. La ruta hasta el restaurante en las montañas de Molins de Rei, en pleno parque de Collserola, ha sido, como no podía ser de otra manera, en su mayoría por senderos con un más que respetable nivel técnico algunos; y una espectacular subida por una pista en pésimas condiciones, con unas rampas importantes y con el suelo lleno de piedras, rocas, escalones y esas pequeñas ramas que quedan en el suelo cuarteadas después de la limpieza de caminos de rigor. Una vez superada ha sido curioso contrastar los pies que cada uno ha hecho.  

- ¡Yo sólo 2!
- ¡Y yo!
-¡Yo 3!
- Puff... pues yo he subido un buen trozo andando... mira que sois burros...
- ¿Pero alguien ha podido subir algún tramo sin bajar de la bici?

8 de los 13 que hemos celebrado el almuerzo de Navidad
Un par de pinchazos han sido las únicas incidencias; y la vuelta a casa por el río a sako ha sido lo mejor que podíamos hacer para sudar el alcohol que, moderadamente, hemos consumido durante el almuerzo.

martes, 3 de diciembre de 2013

Adèu Antònia Font

El fin de semana nos ha dejado la noticia de la separación de Antònia Font. Mucha suerte a sus componentes en sus aventuras, y gracias por los momentos únicos que nos han dejado.


Orrienca



La Orrienca es una prueba de MTB popular que organiza el club A La Feixa Biker's por el parque de la Serralada Litoral en el Maresme barcelonés. Su nombre viene porque discurre por los alrededores de Òrrius, un pequeño y encantador pueblo entre colinas y bosques mediterráneos de pinos y encinas. Limita con La Roca del Vallès y Argentona al norte, y al sureste con Cabrils Vilassar de Dalt. La prueba tenía dos modalidades este año; la larga, con 40,5 kilómetros y 1550 mts de desnivel positivo, y la corta de 22,5 kms y 850 mts. La nota cultural es un valor añadido, por ser una zona de dólmenes y rocas con pinturas prehistóricas y que iremos encontrando durante el recorrido, por lo menos en la variante final que improvisé.

La prueba es realmente exigente. El sábado decidí seguir el track de la prueba larga que había descargado de Wikiloc, pero partiendo de Les Franqueses del Vallès en lugar de desplazarme hasta Òrrius en coche. Esto ya supone alrededor de 20 kms más. Una vez en la Roca del Vallès me dirigí a la carretera que lleva a Òrrius, desde donde al cabo de 1 km me iba a encontrar con el paso que la cruzaba. A partir de ese punto senderos y más senderos, algún corto tramo de pista para volver a desviarse otra vez por senderos. Todos muy técnicos tanto de bajada como de subida. Las lluvias recientes parece que hicieron también su particular recorrido, dejando en algunos senderos surcos considerables, a veces inesperados, tras curvas o en zonas ya de por sí exigentes.

La media era realmente baja; cuando me di cuenta llevaba 30 kms y ya más de 3 horas en bici, y todavía no había llegado a Òrrius, el cual tenía que cruzar porque en mi caso no era el origen ni el final si no un paso intermedio. Decidí subir el ritmo, hasta ese momento bastante contenido, pero también me llevé un par de sustos en forma de semicaídas, de esas que la bici va por el suelo y el ciclista aguanta milagrosamente de pie. El recorrido pasa por Cèllecs, ascensión que ya me hubiera supuesto alargar la ruta calculo que otro par de horas, así que decidí saltarme ese tramo y bajar hacia La Roca por alguna trialera que ya conocía, pero acabé bajando por un desconocido sendero increíble, largo y técnico, con suelo de roca, revirado, alguna piedra suelta, árboles y tremendamente exigente: divertido pero que requiere máxima concentración. La vuelta a Les Franqueses, con un par de lomas que hay que superar, me lo tomo con calma, la Orrienca desgasta mucho y es muy explosiva, con continuos demarrajes para superar los obstáculos que vamos encontrando. Al final llego a Les Franqueses con 61 kms y 1950 mts de desnivel positivo, y más de 5 horas sobre la bici. ¡Y eso que me salté la subida a Cèllecs!
Dolmen de Cèllecs

El recorrido me pareció divertido, exigente, explosivo, no apto para principiantes ni para aquellos que sufren en complicados senderos tanto de subida como de bajada o sencillamente no disfrutan de ellos. Por la distancia recorrida, la exigencia de los tramos, el desgaste y la explosividad que supone superarlos esta ruta merece el calificativo de difícil.


Nota negativa: 3 cámaras abandonadas, dos colgando de una rama y otra en la señal de circulación prohibida en la entrada a una pista. Si nos llevamos cámaras de recambio nos podemos llevar las pinchadas de vuelta: pesan lo mismo. Lo de las latas de cerveza en la cuneta de la carretera ya ha sido comentado en este blog, no vale la pena insistir.

Nota insuficiente: el grupito de 3 bikers con no se que dispositivo que les permitía ir escuchando música. Aunque lo de escuchar y música no hay que tomarlo al pie de la letra, pues ni hacían aquello ni tenían la menor idea de esto. Sencillamente ridículos.