martes, 1 de marzo de 2016

Rocas de Benet


Las Roques de Benet es un grupo de rocas de formas muy características que sobresalen en el perfil septentrional de los Ports de Tortosa-Beseit. Justo frente a Horta de Sant Joan, aunque en el municipio de Arnes, destacan por sus formas redondeadas y los colores rojizos de unas paredes verticales que llegan hasta los 300 mts.


Una pista asfaltada que parte de la carretera C-112 frente al desvío a Horta de Sant Joan conduce a la Franqueta, área de descanso y aparcamiento, punto de partida de numerosas rutas. Éste itinerario parte de la misma pista, antes de la Franqueta y justo bajo las imponentes rocas.


Un angosto sendero remonta por el barranco de la Pineda. Transcurre entre el bosque que deja ver de tanto en tanto las rojizas paredes de las Rocas de Benet en contraste con el verde de los árboles. A nuestra derecha asoma otra formación rocosa de proporciones y formas considerables, la Pena de Gall.


En el Coll de Pere el recorrido va girando hacia poniente. En un claro aparece un muro rocoso presidio por unos grandes agujeros redondeados; es una cueva de acceso fácil y que sirve de refugio de cabras y ovejas. En el interor hay luz suficiente para observar las paredes de la cavidad y hacer unas curiosas fotografías. Las vistas al exterior dejan unas bonitas estampas, la silueta de las montañas y un cielo azul salpicado por unos finos cirros blancos que ayudan a dar contraste al paisaje.


Siguiendo el camino se llega a Coll de la Botana, con la masía abandonada marcada en el mapa como Corralissa de Franxo. En este punto el camino hay que ir a buscarlo tras la Corralissa, prácticamente sin hitos en este tramo y ya orientados hacia el norte. Hay que seguir hasta el Coll de Membrado, un bonito rincón y cruce de caminos, con una mesa y dos sillas talladas en unos troncos de árbol y una fuente. El camino prosigue por el bosque bajo la Moleta del Salvatge.


Hacia el E las vistas hacia las diferentes formas que componen los macizos rocosos son imponentes. El sinuoso y profundo Barranc de l'Avellanar por el que avanzan las nubes está franqueado por interminables paredes, canales, vaguadas y cerros de formas sugestivas. En este tramo entre el bosque se tiene una curiosa impresión; se camina cerca del abismo a nuestra derecha, que se aprecia entre la pineda al final del piso inclinado. Incluso caminando entre los árboles se tiene una leve sensación de vértigo, de que cualquier resbalón nos va a llevar inevitablemente al borde del precipicio. Es curioso porque no es un paso aéreo ni expuesto, es fácil andar por él, pero tiene un punto inquietante.


Frente a las Rocas de Benet, erguidas ya justo enfrente, empieza la parte más técnica del recorrido. Hay que seguir el camino guiado por los hitos hasta encontrar un desvío a la izquierda que desciende decidido y donde es aconsejable ser cauto. El camino se ve claramente delante recorriendo la faja de las Rocas de Benet, descendiendo unos metros para luego remontar resueltamente hasta la boca de una canal que conduce a la cima. No hay mayor complicación a pesar de que es la zona más aérea hasta el momento pero nada peligrosa ni arriesgada, y lo mismo sucede en la canal. En algún punto se usan las manos pero sin mayor complicación.


El llano que espera al final ofrece ya unas vistas sublimes, y la satisfacción es completa al observar las cabras hispánicas que, en un número importante, devuelven curiosas la mirada. Mantienen la distancia cuando nos acercamos para tomar unas fotos, se muestran confiadas y tan sólo se alejan un poco, parece que posando para captar su estampa en el fondo rocoso de los alrededores. No son las primeras que hemos visto en la zona pero sí las que mejor se han dejado fotografiar.


El ascenso a la cima desde aquí es fácil,las vistas majestuosas, con un mar de nubes cubriendo los valles. Buen momento y lugar para reponer fuerzas, echar un trago y disfrutar de un descanso. El próximo destino es El Faralló, la piedra justo al lado que vista desde Horta de Sant Joan es tal cual la cabeza de un perro, de ahí el nombre: Cap del Gos.



Descenso de nuevo ante la mirada atenta de algunas cabras y las fotos de rigor bajo la barbilla del perro, con la sensación de que los 60 ó 70 mts de piedra justo encima se van a desmoronar de un momento a otro.


El descenso siguiendo los hitos es algo más complicado. La idea de descender por el vertical canchal, junto a una roca foradada para acceder a la pista que rodea el conjunto, no parece la mejor opción. Así que siguiendo los hitos a la derecha se vuelve a ascender al camino de ida para dejarlo al cabo de pocos metros y tomar la pista para volver al punto de partida.


Muy recomendable excursión para disfrutar de un entorno espectacular, rocoso y agreste, entre bosques y barrancos, con enormes vistas y sugerentes formas y la satisfacción añadida de las cabras que, prácticamente seguro, se cruzan por en el camino.


A pesar de que a simple vista parece que la cima de las Rocas de Benet son inaccesibles, la dificultad es moderada y no tiene pasos extremos, peligrosos ni aéreos.


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