jueves, 3 de noviembre de 2016

Ermitas de Montserrat

La ermita de Sant Joan, con la Mola al fondo
En la montaña de Monserrat hay unas 15 ermitas diseminadas por el macizo. Prácticamente todas fueron abandonadas hacia 1811 durante la guerra de independencia española contra el imperio napoleónico. Muchas quedaron destruidas y sólo quedan unos cuantos muros; otras se reedificaron aunque a partir de 1822 se abandonaron la mayoría.

Por la A-2 en dirección a Lleida, a su paso por Collbató, es fácil ver en la cabecera de una canal orientada al sur una pequeña ermita. La curiosidad me lleva un día a buscar el camino hacia ella: es la ermita de Sant Joan. Y de paso recorrer esa vertiente de la montaña.

Cornisa por donde discurre el camino
Desde el centro el pueblo de Collbató una estrecha calle lleva hasta la pista de la Vinya Nova. Mucho antes de llegar ya hay un cartel que indica el camino al monasterio de Montserrat y la ermita de Sant Joan, El camino empieza a ascender por el bosque para dirigirse al Torrent de Santa Caterina. Antes se pasa por el bonito camino de piedra en la Roca Llisa, lugar que lamentablemente ha sido ensuciado con una estelada pintada en la roca y garabatos que ningún sentido tienen allí, a los pies de unas montañas que estaban antes y estarán después de nosotros, dejando el lugar en un estado penoso. Es además Parque Natural, por lo que si cabe es doblemente inadmisible.

Ermita de Santa Caterina
El ascenso por el Torrent de Santa Caterina gana metros fácilmente y tras el desvío al monasterio se vuelve un poco más arisco; es un camino perfectamente marcado pero es evidente que menos transitado que el tramo hasta el desvío al monasterio. Pocos metros antes de llegar a la ermita de Sant Joan un camino a la izquierda lleva a la ermita de Santa Caterina. No es más que una cavidad (balma) con un par de paredes construidas para hacer un recinto cerrado. Su interior es tosco y modesto, y las paredes interiores y el techo están formadas por la roca.

Detalle de las características rocas del macizo
Desde aquí es fácil subir a las agujas que llevan el nombre de las ermitas alrededor, desde las que se se contemplan unas buenas vistas. Después de subir a ellas el camino sigue hacia la Antiga Ermita de Sant Joan, con restos de otra ermita encaramada a una gran roca. Ésta tiene incluso canales para el agua horadados que llegan hasta la ermita.

Escales de Jacob desde la Antiga Ermita de Sant Joan
Las empinadas escaleras Escales de Jacob ascienden por una canal hasta Santa Magdalena, una ermita de la que sólo quedan restos de muros de no más de un metro. El lugar es tranquilo, encerrado entre altas agujas que transmiten tranquilidad. Subiendo un poco más se llega a la cumbre del recorrido, la Miranda de Santa Magdalena; vale la pena pasear por el entorno y asomarse para contemplar las espectaculares vistas al monasterio y el resto del macizo.

Desde la Miranda de Santa Magdalena. Cavall Bernat al fondo y l'Elefant en primer término
El camino de regreso es a través del GR. Al salir de la zona de las ermitas discurre por una pista que facilita el acceso a los visitantes que usan el funicular hasta el Pla de las Tarántulas. Siguiendo por la pista es buena idea abandonarla en diversos puntos para acceder a los diferentes miradores naturales y contemplar las diversas panorámicas del macizo y alrededores así como del monasterio.

Cabra hispánica; fáciles de ver en toda la sierra.
En el Pla dels Soldats se deja definitivamente la pista para seguir por el sendero sin dejar el GR. Al descender a aproximadamente 500 metros el camino llanea hacia el Oeste bajo las paredes de la Serra Llarga, un bonito sendero por un paisaje algo diferente al típico de Montserrat, hasta las Coves del Salnitre. A Collbató sólo quedan unos metros, y tras atravesar el casco antiguo se llega al punto de partida.

Collbató

Ruta sin ninguna dificultad. Un bonito paseo, a pesar de los casi 1000 metros de desnivel positivo, que recorre bonitos rincones de la sierra y algunas curiosas ermitas. El tiempo empleado incluye las paradas para tomar fotos y reponer fuerzas. El tramo entre la de Sant Joan y el Pla dels Soldats puede ser bastante concurrido dado que el funicular llega hasta ahí.



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