martes, 18 de noviembre de 2014

Por Berga

Antigua fotografía del Santuari de Queralt

Berga se encuentra en la comarca del Berguedà en la provincia de Barcelona, situada a los pies de la sierra de Queralt, puerta de entrada a una zona montañosa donde encontraremos las sierras de la Figuerassa, Serra d'Ensija, Rasos de Peguera, macizo del Pedraforca, Picancel, Catllaràs y más allá el Parc de Cadí - Moixeró.  Su situación es ideal para iniciar excursiones tanto a pie como en bicicleta, carretra o BTT. Se organizan un buen número de pruebas deportivas en Berga y en las poblaciones cercanas; y dispone de un patrimonio cultural e histórico muy rico: sólo hay que pasearse por sus calles para darse cuenta. La fiesta de La Patum está declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la Unesco.

A pesar de lo anteriormente expuesto, que no por ello, repetimos esta ruta por la zona. La idea era hacer otra no muy lejos de allí, pero en lugar de dirigirnos por la carretera hacia Rasos de Peguera tomamos la de Solsona; cuando nos dimos cuenta dimos media vuelta y decidimos hacer esta excursión que ya conocíamos. Teníamos ganas de andar y descansar de coche.

El recorrido forma parte de la carrera popular Berga - Rasos de Peguera - Berga. Se asciende por la Sierra de la Figuerassa en tramos con fuerte pendiente hasta el mirador de La Figuerassa, con espléndidas vistas hacia el Pantá de la Baells, el Catllaràs, Picancel y más allá. Se recorre el sendero que prácticamente trascurre por todo el cordal de la sierra, orientados hacia el sur y con vistas hacia el valle, hasta descender a la ermita de la Mare de Deu de Corbera.
Moixeró, Tosa d'Alp y a la derecha el Puigmal
Aquí tomamos el sendero de la derecha que ascenderá de forma pronunciada hasta el Coll de Tagast y el Pla de la Bassa (o de la Cresta). Es un lugar con panorámicas vistas hacia el valle, hacia el camino que hemos remontado y la ermita de Corbera y la masía derruida de Can Déu. Y a lo lejos Montserrat, el Montseny, La Mola e incluso Collserola y el reflejo del mar. Día perfecto con una gran visibilidad.

Iniciamos el descenso, entre fósiles si nos fijamos en algunas rocas en el suelo, hacia la Font de Tagast y de nuevo a la ermita, para desviarnos por el PR que nos llevará a Espinalbet, donde cruzaremos la carretera y empezaremos a remontar por obaga la bonita sierra de Queralt hacia el santuario del mismo nombre.

Fósiles marinos. 1900 mts.
El camino es espectacular en esta época otoñal; es una zona de hayas que ya lucen su color ocre antes de perder las hojas, formando una alfombra en el suelo. La humedad, las rocas y el resto del bosque completan el decorado. Cuando llegamos al santuario damos un rápido vistazo, ya que lo conocemos de nuestra anterior visita y queremos esta vez pasar por la pequeña y enriscada ermita de Sant Pere de Madrona, a la que se llega por un camino entre una canal con considerable pendiente. Situada en el extremo de un risco domina todo la Baga de Queralt, el estrecho y húmedo valle entre la sierra de La Figuerassa y la de Queralt. Y frente a nosotros, a más altura y ocupando todo el ancho de la cresta se encuentra el santuario de Queralt que hemos dejado atrás. Desde aquí la visión del mismo es espectacular; realmente no puede ser más ancho porque no hay sitio material para que lo sea.
Otoño
Ahora sólo queda bajar hacia Berga en un sencillo descenso por el trillado sendero, dar un paseo por las viejas calles del casco antiguo y descansar en una terraza con una cerveza bien fría... o un café para el que tenga que conducir de vuelta. A pesar de no ser la excursión que teníamos planeada hemos disfrutado de un día espectacular entre un decorado otoñal que tenemos que seguir aprovechando; dentro de poco estaremos en pleno invierno y los colores rojizos dejarán paso a los grises de los árboles desnudos. No por ello menos llamativo; y la nieve pronto dará otro color y encanto a otros muchos lugares.

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