sábado, 29 de agosto de 2015

Gorges du Tarn

Prades
Les Gorges du Tarn es un gran cañón de aproximadamente 53 kilómetros formado por el paso del río del mismo nombre en el sur de Francia, que forma parte del macizo central y de las montañas de Les Cévennes. Es una zona de media montaña que destaca por sus verticales paredes repletas de
farallones entre bosques, con curiosas formas geológicas y salpicada de encantadores pueblecitos que se asoman al río desde los verticales contrafuertes montañosos en los que se construyeron. Auténticos malabarismos tuvieron que hacer para levantar las casas y castillos en tan reducidos espacios al borde mismo de los acantilados.

Sainte Enimie es uno de los pueblos más importantes. Es una pequeña localidad, turística, que ya muestra sus encantos cuando se llega desde la carretera y que llama a ser fotografiada desde un mirador justo antes de llegar al pueblo. Siguiendo la carretera hacia Florac y tras cruzar Prades, otro precioso pueblo presidido por un imponente chateau, se llega a Castelbouc. El pueblo se encuentra enclavado a los pies de una roca con algunas casas colgadas sobre el río, otras protegidas bajo un vertical risco que alberga un castillo derruido. Siguiendo las marcas del PR se cruza el pueblo para, tras atravesar un barranco, empezar a caminar por un bucólico sendero junto al río. Éste transcurre en completa calma a nuestra derecha y es ideal para recorrerlo con niños.

El agua es transparente y la orografía forma numerosos meandros, pozas y playas de piedra que permiten bañarse continuamente en múltiples rincones. El agua es fresca, que no fría, y gracias a los baños que se pueden tomar el camino se hace agradable, invita a hacerse sin prisas, contemplativo. A ello contribuye también el paisaje; caminamos por un bosque de fresnos, encinas y pinos; enfrente tenemos la otra orilla con sus escarpadas montañas sobre el río y Prades como imagen fotogénica de típico pueblo del lugar. Una cueva, o balma, a medio camino nos hará pasar un buen rato trepando hasta su entrada, ayudando a los niños a alcanzarla y haciendo las fotografías para recordar el momento.

Antes de llegar a Sainte Enimie cruzamos un campamento de verano; ya estamos cerca. Cuando divisamos el pueblo el camino nos conduce a las primeras casas para cruzar el estrecho puente sobre el río que nos deja en medio de la medieval localidad. El paseo por sus calles es obligatorio. En el río la gente se baña y las canoas no paran de cruzar río abajo. Desde una roca algunos niños trepan para lanzarse a un chapuzón refrescante.

A la orilla del Tarn
Y por las calles los turistas toman fotos, el tráfico va y viene por la carretera y cada rincón ofrece una excusa para ser fotografiado. Tras la cerveza y los helados, y contratar una actividad de espeleo para el día siguiente, volvemos por el mismo camino. No perdemos ninguna oportunidad para seguir tomando unos baños refrescantes. Hace mucho calor en esta zona y el sol es exigente desde que aparece hasta que se esconde.
Las paredes que rodean al Tarn
Nos hemos alojado en el camping de Castelbouc, y en una semana prácticamente no hemos tocado el coche. La ruta de 19 kms en canoa que recorrimos un par de días después partió desde el mismo camping, y la cueva que visitamos con un guía de espeleología se encuentra en el mismo pueblo de Castelbouc. Sólo un día que amaneció lloviendo decidimos hacer una ruta en coche por Les Cevennes, patrimonio de la Unesco y realmente espectacular... pero esa ya es otra historia.

Castelbouc
Gracias a Ryan Adams por amenizar de fondo e inspirar este relato. Música ideal para rememorar espacios abiertos.
Castelbouc
Sainte-Enimie

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